lunes, 10 de marzo de 2008

POEMAS DE KARLOTTI: pequeña antologia para coser los dias

CONVOY ATLANTICO-FERROL-TRISTEZA

Aquí el cielo

escarba en la tierra

un mar

donde la luz

se hincha

hasta alcanzar los labios.

Aquí donde los trenes mueren

la sal conserva

todos los cadáveres

de este sol

que el mar devuelve

al impávido asombro

de una pintura

sobre papel de arroz.

Mi corazón varado

calla

dejando en manos de los buques

en sus largas vocales

de mansas reses

todos los cuentos que en mi hijita

salvo la luna.





EL MAR

ABACO

DE OLAS



ASI,

solo la ceniza

tinta indeleble de la nada

tiene tratos de tú a tú

con la esperanza

o

con este árbol

que la brisa

del crepúsculo

poda

entre mis dedos.




BAJAMAR


Buenos contables son

las gaviotas

contando cadáveres de olas




EN BENARES LAS VACAS

hacen de las calles

trenes perezosos



UN ACANTILADO

Es una criatura expulsada

que se pasa los Siglos

aconsejando paraísos

a los pájaros sin sueño.




LISBOA, UN INVIERNO

un tajo en el cielo.

Apresurados trazos

ponen barcos de lápiz

en la boca del mar.

Es de día

es por la tarde

unos niños juegan entre

los escombros limpísimos del frío

Siempre pasa un tranvía

y siempre una muchacha

cultiva en sus cristales melancolía

Lisboa es pareja del fuego

o son las cenizas del mar?

Pero por sus calles combadas

cruzan gatos

que se disuelven en las esquinas.

Alguien lava sus azulejos

en esta lluvia tan celosa de la luz.

Siempre hay un rincón

donde la ropa canta

y las manos que allí anidan.

Todo el cielo para estas jarcias

es lo que dicen

estas fachadas, estas trastiendas del mar.

Después,

siempre nos queda

volver rasantes a la lentitud

del café

ese, con las luces sumergidas

en la pequeña taza

de tus manos.





HAY UNA POBLACIÓN DE HUMO

que parte de noviembre

habita

naves invertidas

con quillas de pizarra

verdaderamente sabe

de este mar al rojo vivo

donde el barro ayunta

con las uvas del tiempo.

Bajo un cielo de nubes aturdidas

reverdecen los grumos del frío

mientras las aldeas fondean

en los mensajes renovados del humo.

Alguien sueña sobre la lumbre

bahías esmaltadas

historias de otras tribus

tatuadas de caminos

y chasquidos de otros árboles

o con los mostos

de una estación

sin horas

día florido

de Todos los Santos.

Sin embargo, sólo los niños

son contables

de este caudal abierto

en los sueños

oscuro río de semillas

con el que trazas

la nómada canción de tus patrias.

No olvides

la población del humo

el amarillo vacío de esta imagen

que cada día

burla tu caza

dejando entre tus dedos

el humo emboscado

de la infancia.



EL DESIERTO

y el camello

se copian al caer la tarde.



LOS CAMINOS EN EL DESIERTO

Son-risas del camello.



Y LOS GATOS

En Lisboa, las calles

plagian los lomos

de los gatos;

y al caer la tarde

consentidas se arquean

bajo los dedos del mar,

azulejos del ocaso.




LOS OPERARIOS EGIPCIOS

han tensado las cuerdas

Los cuatro mástiles sostienen

la cúpula alargada

Y un nido de cuerdas

y nudos

desenrolladas escalas

ajustados los cabos

Está listo el espacio

para los triples saltos mortales

la virgen obscena

que se deja cortar en dos

o los caballos blancos

de descarados astros negros

Los operarios egipcios

recorren indiferentes

la zona encantada

y se retiran con frecuencia

a las rulotes

durante la función.



Y DESPUÉS DE TODO

vendrá

la muerte

de los espejos

Un cementerio encantado

La inversión del silencio

El rumor resplandeciente

Y llegará este tiempo

en el que los espejos

tengan

sus imposibles cementerios.



LA MEMORIA BARRIDA

Y blanca

Mira

Mientras

prodigiosos

Los soles siguen su rutina.




EL VIAJE ES EL REGRESO

el único presente que el viajero porta

no son los países que ha conocido

ni las viejas esquinas de las ciudades

ni las ciudades lejanas y desconocidas

sino el regreso desmesurado

y la inconclusa partida

el relato de sus mapas

las rutas incendiadas del destino

es multitud de muertes y de vidas

la memoria radiante de los días

como ceñidas olas del recuerdo