lunes, 26 de mayo de 2008

Alejandra Pizarnik

Alejandra Pizarnik

Es una de las poetas más importantes de Argentina. Realizó su obra siendo una de las voces más representativas de la generación del '60. Su poesía, lírica, que roza el surrealismo fue una de las que más marcó a las posteriores generaciones poéticas de este país. Alejandra Pizarnik trabajó en su poesía las tradiciones románticas, simbolistas y surrealistas. Su poesía se encargó de poner en escena lo desgarrador del silencio creativo, abriendo una puerta para las nuevas mujeres poetas, para trabajar sobre ese material.

Alejandra Pizarnik

Alejandra Pizarnik

Es una de las poetas más importantes de Argentina. Realizó su obra siendo una de las voces más representativas de la generación del '60. Su poesía, lírica, que roza el surrealismo fue una de las que más marcó a las posteriores generaciones poéticas de este país. Alejandra Pizarnik trabajó en su poesía las tradiciones románticas, simbolistas y surrealistas. Su poesía se encargó de poner en escena lo desgarrador del silencio creativo, abriendo una puerta para las nuevas mujeres poetas, para trabajar sobre ese material.

Alejandra Pizarnik

Alejandra Pizarnik

Es una de las poetas más importantes de Argentina. Realizó su obra siendo una de las voces más representativas de la generación del '60. Su poesía, lírica, que roza el surrealismo fue una de las que más marcó a las posteriores generaciones poéticas de este país. Alejandra Pizarnik trabajó en su poesía las tradiciones románticas, simbolistas y surrealistas. Su poesía se encargó de poner en escena lo desgarrador del silencio creativo, abriendo una puerta para las nuevas mujeres poetas, para trabajar sobre ese material.

Alejandra Pizarnik. Biografía

CVC. Alejandra Pizarnik. Biografía

Breve y precisa biografia de Alejandra Pizarnik,
con apuntes de Cesar Aira.

Alejandra Pizarnik. Biografía

CVC. Alejandra Pizarnik. Biografía

Breve y precisa biografia de Alejandra Pizarnik,
con apuntes de Cesar Aira.

Alejandra Pizarnik. Biografía

CVC. Alejandra Pizarnik. Biografía

Breve y precisa biografia de Alejandra Pizarnik,
con apuntes de Cesar Aira.

viernes, 23 de mayo de 2008

ALEJANDRA PIZARNIK, POEMAS

sus clarividentes diarios


DIARIOS de Alejandra Pizarnik
Julieta Messer
"La vida perdida para la literatura por culpa de la literatura. Por hacer de mí un personaje literario en la vida real fracaso en mi intento de hacer literatura con mi vida real pues ésta no existe: Es literatura."
Cómo hacer poesía y morir en el intento
Todo lector de los célebres pájaros asustadizos de esta poetisa argentina añora conocer la cocina de su laboratorio poético, el entretejido de una gran herida que parece incitar a la autora a cambiar el prisma con el que observa el mundo.Conseguí casi furtivamente esta edición de Lumen España (que todavía no hizo su aparición en las librerías argentinas). Al principio se nota un gran desprendimiento de los fantasmas de su infancia:
“Voy a escribir todo a partir de los 17 años, el resto no tiene importancia”
se nota una Alejandra activísima, que no toma a sus estudios y a sus inquietudes como una cuestión social sino como un problema de ahondar en su identidad por cualquier medio, de hacer que sus vasos sanguíneos se hagan trizas, de correr todo velo que oculta cualquier ciudad: Cursos de Periodismo, Facultad de Filosofía y Letras, pintura con Battle Planas, etc.- Un gran viaje que la obliga a ser finisecular con todos sus movimientos siempre alentados por una gran insatisfacción, una gran ambición y un gran fantasma, pero ella asegura
“Es el fantasma el que me tiene miedo a mí, el que me pide agua a mí y no yo a él”
La soledad como punto de partida en sus poemas es algo frecuente en el diario: “En Buenos Aires no tengo con quien hablar, no está Mujica para jugar a que estoy en Paris”, sus amoríos siempre con escritores, siempre esa música bellísima de fondo que es la poesía. Adentrándonos en el tiempo, el diario se convierte en una suerte de guía de lecturas de la autora, su famoso “Palais du vocabulaire”, esa frecuente sensación de querer apropiarse del mundo mediante las palabras más verdaderas, párrafos que van a cambiar su vida para siempre, que van a obligarla a “Ver la vida para después ponerla en su lugar” como dice Virginia Wolf.
Una de las temáticas más frecuentes es lo corrosivo de lo cotidiano o lo cotidiano como atentado en el alma, Alejandra cita a Huidobro: “Y esa vos que te grita vives y no te ves vivir”, existe esta permanente preocupación por el tiempo movible, por lo que se debe vivir y lo que no, por la necesidad de desmoralizar las estructuras cotidianas para hacerlas más puras, pero ella se encuentra en un mundo apolíneo, en un mundo anti-burroughs, y se refugia en sus innumerables lecturas, pero sobre todo la influencia de los diarios de Kafka: “¿Qué has hecho del don del sexo?” , esa herencia que la incita a rechazar lo existente todo el tiempo.
Pero este Diario, además de ser un texto bellísimo es una suerte de manual de creadores, como ser testigo involuntario de ebullición de un volcán, es correr el riesgo de cambiar nuevamente nuestro prisma.Y entonces ¿Cómo se forma una voz? ¿Dónde la diferencia entre segmento poético y segmento literario? ¿En qué momento el portador de estos escritos asiste a la eclosión del mundo externo para resignificar palabras ajenas y apropiárselas? ¿Por qué hacer de la sinceridad la base del poema?, pero sobre todo ¿Por qué hacerlo? ¿Para quién?
Desde mis diecinueve años puedo decir que a las palabras se las lleva el viento si no están bien engarzadas en su casa, la morada del lenguaje. Pero encabalgar frases no es hacer poesía, este tipo de ritmo universal requiere poetas full time, recordando aquella frase de García Lorca “La poesía no quiere adeptos, quiere amantes”.
Julieta Messer
Otras reseñas

ALEJANDRA PIZARNIK, POEMAS

sus clarividentes diarios


DIARIOS de Alejandra Pizarnik
Julieta Messer
"La vida perdida para la literatura por culpa de la literatura. Por hacer de mí un personaje literario en la vida real fracaso en mi intento de hacer literatura con mi vida real pues ésta no existe: Es literatura."
Cómo hacer poesía y morir en el intento
Todo lector de los célebres pájaros asustadizos de esta poetisa argentina añora conocer la cocina de su laboratorio poético, el entretejido de una gran herida que parece incitar a la autora a cambiar el prisma con el que observa el mundo.Conseguí casi furtivamente esta edición de Lumen España (que todavía no hizo su aparición en las librerías argentinas). Al principio se nota un gran desprendimiento de los fantasmas de su infancia:
“Voy a escribir todo a partir de los 17 años, el resto no tiene importancia”
se nota una Alejandra activísima, que no toma a sus estudios y a sus inquietudes como una cuestión social sino como un problema de ahondar en su identidad por cualquier medio, de hacer que sus vasos sanguíneos se hagan trizas, de correr todo velo que oculta cualquier ciudad: Cursos de Periodismo, Facultad de Filosofía y Letras, pintura con Battle Planas, etc.- Un gran viaje que la obliga a ser finisecular con todos sus movimientos siempre alentados por una gran insatisfacción, una gran ambición y un gran fantasma, pero ella asegura
“Es el fantasma el que me tiene miedo a mí, el que me pide agua a mí y no yo a él”
La soledad como punto de partida en sus poemas es algo frecuente en el diario: “En Buenos Aires no tengo con quien hablar, no está Mujica para jugar a que estoy en Paris”, sus amoríos siempre con escritores, siempre esa música bellísima de fondo que es la poesía. Adentrándonos en el tiempo, el diario se convierte en una suerte de guía de lecturas de la autora, su famoso “Palais du vocabulaire”, esa frecuente sensación de querer apropiarse del mundo mediante las palabras más verdaderas, párrafos que van a cambiar su vida para siempre, que van a obligarla a “Ver la vida para después ponerla en su lugar” como dice Virginia Wolf.
Una de las temáticas más frecuentes es lo corrosivo de lo cotidiano o lo cotidiano como atentado en el alma, Alejandra cita a Huidobro: “Y esa vos que te grita vives y no te ves vivir”, existe esta permanente preocupación por el tiempo movible, por lo que se debe vivir y lo que no, por la necesidad de desmoralizar las estructuras cotidianas para hacerlas más puras, pero ella se encuentra en un mundo apolíneo, en un mundo anti-burroughs, y se refugia en sus innumerables lecturas, pero sobre todo la influencia de los diarios de Kafka: “¿Qué has hecho del don del sexo?” , esa herencia que la incita a rechazar lo existente todo el tiempo.
Pero este Diario, además de ser un texto bellísimo es una suerte de manual de creadores, como ser testigo involuntario de ebullición de un volcán, es correr el riesgo de cambiar nuevamente nuestro prisma.Y entonces ¿Cómo se forma una voz? ¿Dónde la diferencia entre segmento poético y segmento literario? ¿En qué momento el portador de estos escritos asiste a la eclosión del mundo externo para resignificar palabras ajenas y apropiárselas? ¿Por qué hacer de la sinceridad la base del poema?, pero sobre todo ¿Por qué hacerlo? ¿Para quién?
Desde mis diecinueve años puedo decir que a las palabras se las lleva el viento si no están bien engarzadas en su casa, la morada del lenguaje. Pero encabalgar frases no es hacer poesía, este tipo de ritmo universal requiere poetas full time, recordando aquella frase de García Lorca “La poesía no quiere adeptos, quiere amantes”.
Julieta Messer
Otras reseñas

ALEJANDRA PIZARNIK, POEMAS

sus clarividentes diarios


DIARIOS de Alejandra Pizarnik
Julieta Messer
"La vida perdida para la literatura por culpa de la literatura. Por hacer de mí un personaje literario en la vida real fracaso en mi intento de hacer literatura con mi vida real pues ésta no existe: Es literatura."
Cómo hacer poesía y morir en el intento
Todo lector de los célebres pájaros asustadizos de esta poetisa argentina añora conocer la cocina de su laboratorio poético, el entretejido de una gran herida que parece incitar a la autora a cambiar el prisma con el que observa el mundo.Conseguí casi furtivamente esta edición de Lumen España (que todavía no hizo su aparición en las librerías argentinas). Al principio se nota un gran desprendimiento de los fantasmas de su infancia:
“Voy a escribir todo a partir de los 17 años, el resto no tiene importancia”
se nota una Alejandra activísima, que no toma a sus estudios y a sus inquietudes como una cuestión social sino como un problema de ahondar en su identidad por cualquier medio, de hacer que sus vasos sanguíneos se hagan trizas, de correr todo velo que oculta cualquier ciudad: Cursos de Periodismo, Facultad de Filosofía y Letras, pintura con Battle Planas, etc.- Un gran viaje que la obliga a ser finisecular con todos sus movimientos siempre alentados por una gran insatisfacción, una gran ambición y un gran fantasma, pero ella asegura
“Es el fantasma el que me tiene miedo a mí, el que me pide agua a mí y no yo a él”
La soledad como punto de partida en sus poemas es algo frecuente en el diario: “En Buenos Aires no tengo con quien hablar, no está Mujica para jugar a que estoy en Paris”, sus amoríos siempre con escritores, siempre esa música bellísima de fondo que es la poesía. Adentrándonos en el tiempo, el diario se convierte en una suerte de guía de lecturas de la autora, su famoso “Palais du vocabulaire”, esa frecuente sensación de querer apropiarse del mundo mediante las palabras más verdaderas, párrafos que van a cambiar su vida para siempre, que van a obligarla a “Ver la vida para después ponerla en su lugar” como dice Virginia Wolf.
Una de las temáticas más frecuentes es lo corrosivo de lo cotidiano o lo cotidiano como atentado en el alma, Alejandra cita a Huidobro: “Y esa vos que te grita vives y no te ves vivir”, existe esta permanente preocupación por el tiempo movible, por lo que se debe vivir y lo que no, por la necesidad de desmoralizar las estructuras cotidianas para hacerlas más puras, pero ella se encuentra en un mundo apolíneo, en un mundo anti-burroughs, y se refugia en sus innumerables lecturas, pero sobre todo la influencia de los diarios de Kafka: “¿Qué has hecho del don del sexo?” , esa herencia que la incita a rechazar lo existente todo el tiempo.
Pero este Diario, además de ser un texto bellísimo es una suerte de manual de creadores, como ser testigo involuntario de ebullición de un volcán, es correr el riesgo de cambiar nuevamente nuestro prisma.Y entonces ¿Cómo se forma una voz? ¿Dónde la diferencia entre segmento poético y segmento literario? ¿En qué momento el portador de estos escritos asiste a la eclosión del mundo externo para resignificar palabras ajenas y apropiárselas? ¿Por qué hacer de la sinceridad la base del poema?, pero sobre todo ¿Por qué hacerlo? ¿Para quién?
Desde mis diecinueve años puedo decir que a las palabras se las lleva el viento si no están bien engarzadas en su casa, la morada del lenguaje. Pero encabalgar frases no es hacer poesía, este tipo de ritmo universal requiere poetas full time, recordando aquella frase de García Lorca “La poesía no quiere adeptos, quiere amantes”.
Julieta Messer
Otras reseñas

A LA ESPERA DE LA OSCURIDAD

Ese instante que no se olvida
Tan vacío devuelto por las sombras
Tan vacío rechazado por los relojes
Ese pobre instante adoptado por mi ternura
Desnudo desnudo de sangre de alas
Sin ojos para recordar angustias de antaño
Sin labios para recoger el zumo de las violencias
perdidas en el canto de los helados campanarios.

Ampáralo niña ciega de alma
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo convulsionado a tus pies
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir.

Pero ese instante sudoroso de nada
Acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos


AMANTES

una flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a la delicada urgencia del rocío




ANILLOS DE CENIZA

A Cristina Campo

Son mis voces cantando
para que no canten ellos,
los amordazados grismente en el alba,
los vestidos de pájaro desolado en la lluvia.

Hay, en la espera,
un rumor a lila rompiéndose.
Y hay, cuando viene el día,
una partición de sol en pequeños soles negros.
Y cuando es de noche, siempre,
una tribu de palabras mutiladas
busca asilo en mi garganta
para que no canten ellos,
los funestos, los dueños del silencio.


CAMINOS DEL ESPEJO

I
Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.

II
Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde filoso de la noche.

III
Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.

IV
Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.

V
Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la ofrenda, el ramo que abandona el viento en el umbral.

VI
Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.

VII
La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos fríos.

VIII
Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía, recuerdo.

IX
Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.

X
Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvidé. Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.

XI
Al negro sol del silencio las palabras se doraban.

XII
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí que tiembla.

XIII
Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo?
Deseaba un silencio perfecto.
Por eso hablo.

XIV
La noche tiene la forma de un grito de lobo.

XV
Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy. Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.

XVI
Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me aguardó pues al mirar quién me aguardaba no vi otra cosa que a mí misma.

XVII
Algo caía en el silencio. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.

XVIII
Flores amarillas constelan un círculo de tierra azul. El agua tiembla llena de viento.

XIX
Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo, he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.


CANTORA NOCTURNA

Joe, macht die Musik von damals nacht...

La que murió de su vestido azul está cantando.
Canta imbuida de muerte al sol de su ebriedad.

Adentro de su canción hay un vestido azul, hay
un caballo blanco, hay un corazón verde tatuado
con los ecos de los latidos de su corazón
muerto.

Expuesta a todas las perdiciones, ella
canta junto a una niña extraviada que es ella:
su amuleto de la buena suerte. Y a pesar de la
niebla verde en los labios y del frío gris en los
ojos, su voz corroe la distancia que se abre entre
la sed y la mano que busca el vaso.

Ella canta.


CENIZAS

La noche se astilló de estrellas
mirándome alucinada
el aire arroja odio
embellecido su rostro
con música.

Pronto nos iremos

Arcano sueño
antepasado de mi sonrisa
el mundo está demacrado
y hay candado pero no llaves
y hay pavor pero no lágrimas.

¿Qué haré conmigo?

Porque a Ti te debo lo que soy

Pero no tengo mañana

Porque a Ti te...

La noche sufre.




COLD IN HAND BLUES

y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo


ÁRBOL DE DIANA

1
He dado el salto de mí al alba.
He dejado mi cuerpo junto a la luz
y he cantado la tristeza de lo que nace.

2
Estas son las versiones que nos propone:
un agujero, una pared que tiembla...

3
sólo la sed
el silencio
ningún encuentro
cuídate de mí amor mío
cuídate de la silenciosa en el desierto
de la viajera con el vaso vacío
y de la sombra de su sombra

4
Ahora bien:
Quién dejará de hundir su mano en busca
del tributo para la pequeña olvidada. El frío
pagará. Pagará el viento. La lluvia pagará.
Pagará el trueno.

5
por un minuto de vida breve
única de ojos abiertos
por un minuto de ver
en el cerebro flores pequeñas
danzando como palabras en la boca de un mudo

6
ella se desnuda en el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
de sus visiones
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe

7
Salta con la camisa en llamas
de estrella a estrella,
de sombra en sombra.
Muere de muerte lejana
la que ama al viento.

8
Memoria iluminada, galería donde vaga
la sombra de lo que espero. No es verdad
que vendrá. No es verdad que no vendrá.

9
A Aurora y Julio Cortázar

Estos huesos brillando en la noche,
estas palabras como piedras preciosas
en la garganta viva de un pájaro petrificado,
este verde muy amado,
este lila caliente,
este corazón sólo misterioso.

10
un viento débil
lleno de rostros doblados
que recorto en forma de objetos que amar

11
ahora
en esta hora inocente
yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de mi mirada

12
no más las dulces metamorfosis de una niñ3; de seda
sonámbula ahora en la cornisa de niebla

su despertar de mano respirando
de flor que se abre al viento

13
explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome

14
El poema que no digo,
el que no merezco.
Miedo de ser dos
camino del espejo:
alguien en mí dormido
me come y me bebe.

15
Extraño desacostumbrarme
de la hora en que nací.
Extraño no ejercer más
oficio de recién llegada.

16
has construido tu casa
has emplumado tus pájaros
has golpeado al viento
con tus propios huesos
has terminado sola
lo que nadie comenzó

17
Días en que una palabra lejana se apodera de mí. Voy por esos días
sonámbula y transparente. La hermosa autómata se canta, se encanta,
se cuenta casos y cosas: nido de hilos rígidos donde me danzo y me
lloro en mis numerosos funerales. (Ella es su espejo incendiado, su
espera en hogueras frías, su elemento místico, su fornicación de nom-
bres creciendo solos en la noche pálida.)

20
a Laure Bataillon

dice que no sabe del miedo de la muerte del amor
dice que tiene miedo de la muerte del amor
dice que el amor es muerte es miedo
dice que la muerte es miedo es amor
dice que no sabe

21
he nacido tanto
y doblemente sufrido
en la memoria de aquí y de allá

22
en la noche
un espejo para la pequeña muerta
un espejo de cenizas

23
una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del mundo
la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos

32
Zona de plagas donde la dormida come lentamente
su corazón de medianoche.

33
alguna vez
alguna vez tal vez
me iré sin quedarme
me iré como quien se va


34
la pequeña viajera
moría explicando su muerte

sabios animales nostálgicos
visitaban su cuerpo caliente

35
a Ester Singer

Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida, déjate enlazar de fue-
go, de silencio ingenuo, de piedras verdes en la casa de la noche,
déjate caer y doler, mi vida.


37
más allá de cualquier zona prohibida
hay un espejo para nuestra triste transparencia


38
Este canto arrepentido, vigía detrás de mis poemas'
este canto me desmiente, me amordaza.




CAROLINE DE GUNDORODE

en nastalgique je vagabandais
par l'infini.
C. de G.

a Enrique Molina


La mano de la enamorada del viento
acaricia la cara del ausente.
La alucinada con su «maleta de piel de pájaro»
huye de sí misma con un cuchillo en la memoria.
La que fue devorada por el espejo
entra en un cofre de cenizas
y apacigua a las bestias del olvido.


CUARTO SOLO

Si te atreves a sorprender
la verdad de esta vieja pared;
y sus fisuras, desgarraduras,
formando rostros, esfinges,
manos, clepsidras,
seguramente vendrá
una presencia para tu sed,
probablemente partirá
esta ausencia que te bebe.


EL DESPERTAR

A León Ostrov

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre

Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.

Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue

¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde

Señor
Arroja los féretros de mi sangre

Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón

Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas


Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo

De "Las aventuras perdidas" 1958



EXILIO

A Raúl Gustavo Aguirre

Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.

¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?

Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.


FRONTERAS INÚTILES

un lugar
no digo un espacio
hablo de
qué

hablo de lo que no es
hablo de lo que conozco


no el tiempo
sólo todos los instantes
no el amor
no

no

un lugar de ausencia
un hilo de miserable unión.



LA ÚLTIMA INOCENCIA

Partir
en cuerpo y alma
partir.

Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.

He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más fila para morir.

He de partir

Pero arremete ¡viajera!




LOS TRABAJOS Y LAS NOCHES

Para reconocer en la sed mi emblema
para significar el único sueño
para no sustentarme nunca de nuevo en el amor
he sido toda ofrenda
un puro errar
de loba en el bosque
en la noche de los cuerpos
para decir la palabra inocente





de el infierno musical:


LA PALABRA QUE SANA

Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.



EL INFIERNO MUSICAL:


Golpean con soles

Nada se acopla con nada aquí

Y de tanto animal muerto en el cementerio de huesos filosos de mi memoria

Y de tantas monjas como cuervos que se precipitan a hurgar entre mis piernas

La cantidad de fragmentos me desgarra

Impuro diálogo

Un proyectarse desesperado de la materia verbal

Liberada a sí misma

Naufragando en sí misma


ENDECHAS III

Y el signo de su estar crea el corazón de la noche.
Aprisionada: alguna vez se olvidarán las culpas, se emparentaéán los vivos y los muertos. Aprisionada: no has sabido prever que su final iría a ser la gruta a donde iban los malos en los cuentos para niños.
Aprisionada: deja que se cante como se pueda y se quiera. Hasta que en la merecida noche se cierna la brusca desocultada. A exceso de sufrimiento exceso de noche y de silencio.



de la piedra de la locura

ESTAR

Vigilas desde este cuarto
donde la sombra temible es la tuya.

No hay silencio aquí
sino frases que evitas oír.

Signos en los muros
narran la bella lejanía.

(Haz que no muera
sin volver a verte.)




UN SUEÑO DONDE EL SILENCIO ES DE ORO

El perro del invierno dentella mi sonrisa. Fue en el puente. Yo estaba desnuda y llevaba un sombrero con flores y arrastraba mi cadáver también desnudo y con un sombrero de hojas secas.
He tenido mucho amores -dije- pero el más hermoso fue mi amor por los espejos.


VÉRTIGOS O CONTEMPLACIÓN DE ALGO QUE TERMINA

Esta lila se deshoja.
desde sí misma cae
y oculta su antigua sombra.
He de morir de cosas así


http://www.youtube.com/watch?v=PMW2JJ9beHU


CUARTO SOLO

Si te atreves a sorprender
la verdad de esta vieja pared;
y sus fisuras, desgarraduras,
formando rostros, esfinges,
manos, clepsidras,
seguramente vendrá
una presencia para tu sed,
probablemente partirá
esta ausencia que te bebe.




SOMBRAS DE LOS DÍAS A VENIR

a Ivonne A. Bordelois

Mañana
me vestirán con cenizas al alba,
me llenarán la boca de flores,
Aprenderé a dormir
en la memoria de un muro,
en la respiració
de un animal que sueña.




PEREGRINAJE
A Elizabeth Azcona Cranwell

Llamé, llamé como la náufraga dichosa
a las olas verdugas
que conocen el verdadero nombre
de la muerte.

He llamado al viento,
le confié mi deseo de ser.

Pero un pájaro muerto
vuela hacia la desesperanza
en medio de la música
cuando brujas y flores
cortan la mano de la bruma.
Un pájaro muerto llamado azul.

No es la soledad con alas,
es el silencio de la prisionera,
es la mudez de pájaros y viento,
es el mundo enojado con mi risa
o los guardianes del infierno
rompiendo mis cartas.

He llamado, he llamado.
He llamado hacia nunca.


PIDO EL SILENCIO
Canta, lastimada mía
Cervantes

aunque es tarde, es noche,
y tú no puedes.

Canta como si no pasara nada.

Nada pasa


POEMA 3

Sólo la sed
el silencio
ningún encuentro

cuídate de mí amor mío
cuídate de la silenciosa en el desierto
de la viajera con el vaso vacío
y de la sombra de su sombra



SOLAMENTE
ya comprendo la verdad
estalla en mis deseos
y mis desdichas
en mis desencuentros
en mis desequilibrios
en mis delirios
ya comprendo la verdad
ahora
a buscar la vida





LA ENAMORADA

esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues.

hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió

enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado

oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú

te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!
(Alejandra Pizarnik, de La última inocencia, 1956)





SALVACIÓN

Se fuga la isla
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora
es el fuego sometido
Ahora
es la carne
la hoja
la piedra
perdidos en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilación
que purifica la caída de la noche
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.





LEJANÍA

Mi ser henchido de barcos blancos.
Mi ser reventando sentires.
Toda yo bajo las reminiscencias de tus ojos.
Quiero destruir la picazón de tus pestañas.
Quiero rehuir la inquietud de tus labios.
Porqué tu visión fantasmagórica redondea los cálices de estas horas?




EXILIO
a Raúl Gustavo Aguirre

Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.

¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas
aunque fuere con sonrisas?

Siniestro delirio amar una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ámgeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.




CENIZAS

La noche se astilló de estrellas
mirándome alucinada
el aire arroja odio
embellecido su rostro
con música.

Pronto nos iremos

Arcano sueño
antepasado de mi sonrisa
el mundo está demacrado
y hay candado pero no llaves
y hay pavor pero no lágrimas.

¿Qué haré conmigo?
Porque a Ti te debo lo que soy
Pero no tengo mañana
Porque a Ti te...
La noche sufre.




MADRUGADA

Desnudo soñando una noche solar.
He yacido días animales.
El viento y la lluvia me borraron
como a un fuego, como a un poema
escrito en un muro.



SOMBRAS DE LOS DÍAS A VENIR
a Ivonne A. Bordelois

Mañana
me vestirán con cenizas al alba,
me llenarán la boca de flores,
Aprenderé a dormir
en la memoria de un muro,
en la respiració
de un animal que sueña.


miércoles, 21 de mayo de 2008

PIZARNIK - DIALOGOS

AQUÍ ALEJANDRA
Bicho aquí,
aquí contra esto,
pegada a las palabras
pegadate reclamo.

Ya es la noche, vení,
no hay nadie en casa

salvo que ya están todas
como vos, como ves,
intercesoras,

llueve en la rue de l'Eperon
y Janis Joplin.

Alejandra, mi bicho,
vení a estas líneas, a este papel de arroz
dale abad a la zorra,
a este fieltro que juega con tu pelo
(Amabas, esas cosas nimias
aboli bibelot d'inanité sonore

Venga, las gomas y los sobres
Venga, una papelería de juguete
Venga, el estuche de lápices
Venga, los cuadernos rayados)

Vení, quedate.
tomá este trago, llueve,
te mojarás en la rue Dauphine,
no hay nadie en los cafés repletos,
no te miento, no hay nadie.

Ya sé, es difícil,
es tan difícil encontrarse

es tanteste vaso es difícil,
es tanteste fósforo,

y no te gusta verme en lo que es mío,
en mi ropa en mis libros
y no te gusta esta predilección
por Gerry Mulligan,

quisieras insultarme sin que duela
decir cómo estás vivo, cómo
se puede estar cuando no hay nada
más que la niebla de los cigarrillos,
como vivís, de qué manera
abrís los ojos cada día

abris loNo puede ser, decís, no puede ser.

Bicho, de acuerdo,
vaya si sé pero es así, Alejandra,
acurrucate aquí, bebé conmigo,
mirá, las he llamado,
vendrán seguro las intercesoras,
el party para vos, la fiesta entera,

el partyErszebet,
el partyKaren Blixen

ya van cayendo, saben
que es nuestra noche, con el pelo mojado
suben los cuatro pisos, y las viejas
de los departamentos las espían

burbujLeonora Carrington, mirala,
burbujUnica Zorn con un murciélago
burbujClarice Lispector, agua viva,

burbujas deslizándose desnudas
frotándose a la luz, Remedios Varo
con un reloj de arena donde se agita un láser
y la chica uruguaya que fue buena con vos
sin que jamás supieras
su verdadero nombre,

qué rejunta, qué húmedo ajedrez,
qué maison close de telarañas, de Thelonius
que largaonhermosa puede ser la noche
con vos y Joni Mitchell
con vos y Hélène Martin
con vo,con las intercesoras

animulaon las iel tabaco
vagulaon las iaAnaïs Nin
blandulaon las vodka tónic

No te vayas, ausente, no te vayas,
jugaremos, verás, ya están llegando
con Ezra Pound y marihuana
con los sobres de sopa y un pescado
que sobrenadará olvidado, eso es seguro,
en un palangana con esponjas
entre supositorios y jamás contestados
etelegramas.

Olga es un árbol de humo, cómo fuma
esa morocha herida de petreles,
¿Ves by Natalia Ginzburg, que desteje
¿Ves bel ramo de gladiolos que no trajo.

¿Ves bicho? Así. Tan bien y ya. El scotch,
Max Roach, Silvina Ocampo,
alguien en la cocina hace café

alguiensu culebra contando
alguenidos terronesontun beso
algueinLéo Ferré

No pienses más en las ventanas
el detráses masel afuera

Llueve en Rangoon--

Llueve en Rangoon--Y qué.

Aquí los juegos. El murmullo

Aqui lo(Consonantes de pájaro
Aqui lovocales de heliotropo)

Aquí, bichito. Quieta. No hay ventanas ni afuera
y no llueve en Ran

PIZARNIK - DIALOGOS

AQUÍ ALEJANDRA
Bicho aquí,
aquí contra esto,
pegada a las palabras
pegadate reclamo.

Ya es la noche, vení,
no hay nadie en casa

salvo que ya están todas
como vos, como ves,
intercesoras,

llueve en la rue de l'Eperon
y Janis Joplin.

Alejandra, mi bicho,
vení a estas líneas, a este papel de arroz
dale abad a la zorra,
a este fieltro que juega con tu pelo
(Amabas, esas cosas nimias
aboli bibelot d'inanité sonore

Venga, las gomas y los sobres
Venga, una papelería de juguete
Venga, el estuche de lápices
Venga, los cuadernos rayados)

Vení, quedate.
tomá este trago, llueve,
te mojarás en la rue Dauphine,
no hay nadie en los cafés repletos,
no te miento, no hay nadie.

Ya sé, es difícil,
es tan difícil encontrarse

es tanteste vaso es difícil,
es tanteste fósforo,

y no te gusta verme en lo que es mío,
en mi ropa en mis libros
y no te gusta esta predilección
por Gerry Mulligan,

quisieras insultarme sin que duela
decir cómo estás vivo, cómo
se puede estar cuando no hay nada
más que la niebla de los cigarrillos,
como vivís, de qué manera
abrís los ojos cada día

abris loNo puede ser, decís, no puede ser.

Bicho, de acuerdo,
vaya si sé pero es así, Alejandra,
acurrucate aquí, bebé conmigo,
mirá, las he llamado,
vendrán seguro las intercesoras,
el party para vos, la fiesta entera,

el partyErszebet,
el partyKaren Blixen

ya van cayendo, saben
que es nuestra noche, con el pelo mojado
suben los cuatro pisos, y las viejas
de los departamentos las espían

burbujLeonora Carrington, mirala,
burbujUnica Zorn con un murciélago
burbujClarice Lispector, agua viva,

burbujas deslizándose desnudas
frotándose a la luz, Remedios Varo
con un reloj de arena donde se agita un láser
y la chica uruguaya que fue buena con vos
sin que jamás supieras
su verdadero nombre,

qué rejunta, qué húmedo ajedrez,
qué maison close de telarañas, de Thelonius
que largaonhermosa puede ser la noche
con vos y Joni Mitchell
con vos y Hélène Martin
con vo,con las intercesoras

animulaon las iel tabaco
vagulaon las iaAnaïs Nin
blandulaon las vodka tónic

No te vayas, ausente, no te vayas,
jugaremos, verás, ya están llegando
con Ezra Pound y marihuana
con los sobres de sopa y un pescado
que sobrenadará olvidado, eso es seguro,
en un palangana con esponjas
entre supositorios y jamás contestados
etelegramas.

Olga es un árbol de humo, cómo fuma
esa morocha herida de petreles,
¿Ves by Natalia Ginzburg, que desteje
¿Ves bel ramo de gladiolos que no trajo.

¿Ves bicho? Así. Tan bien y ya. El scotch,
Max Roach, Silvina Ocampo,
alguien en la cocina hace café

alguiensu culebra contando
alguenidos terronesontun beso
algueinLéo Ferré

No pienses más en las ventanas
el detráses masel afuera

Llueve en Rangoon--

Llueve en Rangoon--Y qué.

Aquí los juegos. El murmullo

Aqui lo(Consonantes de pájaro
Aqui lovocales de heliotropo)

Aquí, bichito. Quieta. No hay ventanas ni afuera
y no llueve en Ran

PIZARNIK - DIALOGOS

AQUÍ ALEJANDRA
Bicho aquí,
aquí contra esto,
pegada a las palabras
pegadate reclamo.

Ya es la noche, vení,
no hay nadie en casa

salvo que ya están todas
como vos, como ves,
intercesoras,

llueve en la rue de l'Eperon
y Janis Joplin.

Alejandra, mi bicho,
vení a estas líneas, a este papel de arroz
dale abad a la zorra,
a este fieltro que juega con tu pelo
(Amabas, esas cosas nimias
aboli bibelot d'inanité sonore

Venga, las gomas y los sobres
Venga, una papelería de juguete
Venga, el estuche de lápices
Venga, los cuadernos rayados)

Vení, quedate.
tomá este trago, llueve,
te mojarás en la rue Dauphine,
no hay nadie en los cafés repletos,
no te miento, no hay nadie.

Ya sé, es difícil,
es tan difícil encontrarse

es tanteste vaso es difícil,
es tanteste fósforo,

y no te gusta verme en lo que es mío,
en mi ropa en mis libros
y no te gusta esta predilección
por Gerry Mulligan,

quisieras insultarme sin que duela
decir cómo estás vivo, cómo
se puede estar cuando no hay nada
más que la niebla de los cigarrillos,
como vivís, de qué manera
abrís los ojos cada día

abris loNo puede ser, decís, no puede ser.

Bicho, de acuerdo,
vaya si sé pero es así, Alejandra,
acurrucate aquí, bebé conmigo,
mirá, las he llamado,
vendrán seguro las intercesoras,
el party para vos, la fiesta entera,

el partyErszebet,
el partyKaren Blixen

ya van cayendo, saben
que es nuestra noche, con el pelo mojado
suben los cuatro pisos, y las viejas
de los departamentos las espían

burbujLeonora Carrington, mirala,
burbujUnica Zorn con un murciélago
burbujClarice Lispector, agua viva,

burbujas deslizándose desnudas
frotándose a la luz, Remedios Varo
con un reloj de arena donde se agita un láser
y la chica uruguaya que fue buena con vos
sin que jamás supieras
su verdadero nombre,

qué rejunta, qué húmedo ajedrez,
qué maison close de telarañas, de Thelonius
que largaonhermosa puede ser la noche
con vos y Joni Mitchell
con vos y Hélène Martin
con vo,con las intercesoras

animulaon las iel tabaco
vagulaon las iaAnaïs Nin
blandulaon las vodka tónic

No te vayas, ausente, no te vayas,
jugaremos, verás, ya están llegando
con Ezra Pound y marihuana
con los sobres de sopa y un pescado
que sobrenadará olvidado, eso es seguro,
en un palangana con esponjas
entre supositorios y jamás contestados
etelegramas.

Olga es un árbol de humo, cómo fuma
esa morocha herida de petreles,
¿Ves by Natalia Ginzburg, que desteje
¿Ves bel ramo de gladiolos que no trajo.

¿Ves bicho? Así. Tan bien y ya. El scotch,
Max Roach, Silvina Ocampo,
alguien en la cocina hace café

alguiensu culebra contando
alguenidos terronesontun beso
algueinLéo Ferré

No pienses más en las ventanas
el detráses masel afuera

Llueve en Rangoon--

Llueve en Rangoon--Y qué.

Aquí los juegos. El murmullo

Aqui lo(Consonantes de pájaro
Aqui lovocales de heliotropo)

Aquí, bichito. Quieta. No hay ventanas ni afuera
y no llueve en Ran

Caminos del espejo- Alejandra pizarnik

La jaula, de Las aventuras perdidas

" Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé de la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas. "

Caminos del espejo- Alejandra pizarnik

La jaula, de Las aventuras perdidas

" Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé de la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas. "

Caminos del espejo- Alejandra pizarnik

La jaula, de Las aventuras perdidas

" Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé de la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas. "

Pagina de Alejandra Pizarnik


PINCHA SUAVE SOBRE SU ROSTRO DE AIRE

Pagina de Alejandra Pizarnik

la mas luminosa y humilde ventana a la vida y
obra de ALEJANDRA PIZARNIK

Pagina de Alejandra Pizarnik


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la mas luminosa y humilde ventana a la vida y
obra de ALEJANDRA PIZARNIK

sábado, 17 de mayo de 2008

SILVIA PLATH, EL CONOCIMIENTO Y LA MUERTE



SOY VERTICAL

Pero preferiría ser horizontal.

No soy un árbol con las raíces en la tierra

absorbiendo minerales y amor maternal

para que cada marzo florezcan las hojas,

ni soy la belleza del jardín

de llamativos colores que atrae exclamaciones de admiración

ignorando que pronto perderá sus pétalos.

Comparado conmigo, un árbol es inmortal

y una flor, aunque no tan alta, es más llamativa,

y quiero la longevidad de uno y la valentía de la otra.

Esta noche, bajo la luz infinitesimal de las estrellas,

los árboles y las flores han derramado sus olores frescos.

Camino entre ellos, pero no se dan cuenta.

A veces pienso que cuando estoy durmiendo

me debo parecer a ellos a la perfección-

oscurecidos ya los pensamientos.

Para mí es más natural estar tendida.

Es entonces cuando el cielo y yo conversamos con libertad,

y así seré útil cuando al fin me tienda:

entonces los árboles podrán tocarme por una vez, y las flores tendrán tiempo para mí.



LA LUNA Y EL TEJO


Esta es la luz de la mente, fría y planetaria.
Los árboles de la mente son negros. La luz es azul.
Las hierbas se lamentan a mis pies, como si yo fuera Dios,
hiriendo mis tobillos murmuran su humildad.
Espirituosas brumas humeantes habitan este lugar
separado de mi casa por una hilera de lápidas.
Simplemente no puedo ver si hay un sitio adónde ir.

La luna no es una puerta. Es una cara por derecho propio,
blanca como un nudillo y terriblemente turbada.
Arrastra al mar detrás de sí, como un crimen oscuro;
y está en calma
con el bostezo en O del total desencanto. Yo vivo aquí.
Dos veces cada domingo las campanas sobresaltan el cielo-
ocho grandes lenguas afirmando la Resurrección.
Finalmente, ellas proclaman con sobriedad sus nombres.

El tejo apunta hacia arriba. Su forma es gótica.
Sus ojos se elevan por sobre él, y encuentran a la luna.
La luna es mi madre. Ella no es dulce como María.
Sus vestiduras azules sueltan pequeños murciélagos y lechuzas.
Cómo desearía creer en la ternura-
el rostro de la efigie, dulcificado por las velas,
inclinándose, sobre mí en particular, con ojos indulgentes.

¡He caído tanto! Las nubes están floreciendo,
azules y místicas sobre el rostro de las estrellas.
Dentro de la iglesia, los santos serán todos azules,
flotando con sus pies delicados sobre los bancos fríos,
sus cabezas y sus caras rígidas de santidad.
La luna no ve nada de esto. Ella es calva y salvaje.
Y el mensaje del tejo es negrura -negrura y silencio.




FIEBRE: 39,5º

¿Pura? ¿Qué significa eso?
Las lenguas del infierno
son torpes, torpes como las triples
lenguas del torpe y obeso Cancerbero
que jadea en la entrada. Incapaz
de eliminar de un lengüetazo
la crisis febril, el pecado, el pecado.
La yesca clama.
El olor indeleble
de una vela que se apaga!
Amor, amor, el humo a baja altura ondula
a mi alrededor como las bufandas de Isadora, y temo
que una de ellas se enganche y ancle la rueda.
Esos taciturnos humos amarillos
crean su propia atmósfera. No se elevan,
se arrastran en torno del globo
sofocando a los ancianos y a los mansos,
sl débil
bebé del invernadero en su cuna,
a la lúgubre orquídea
que cuelga en el aire su jardín colgante,
demoníaco leopardo.
La calefacción la tornó blanca
y la mató en una hora.
Untando los cuerpos de los adúlteros
como una ceniza de Hiroshima, y consumiéndolos.
El pecado. El pecado.

Querido mío, toda la noche
estuve fluctuando, encendiéndome, apagándome.
Las sábanas llegan a pesar como el beso del libertino.
Tres días. Tres noches.
Agua con limón, agua
de pollo, el agua me da arcadas.



DADDY


Ya no me quedas no me calzas más
zapato negro, nunca más.
Allí dentro vivía como un pie
durante treintaitantos años, pobre y blanca,
sin atreverme a respirar ni decir achú.

Papacito he tenido que liquidarte.
Estabas muerto antes de que hubiese tenido tiempo
Pesado como mármol, talega llena de Dios,
estatua lúgubre una sola pezuña parda
Grande como un sello de San Francisco.

Una sola cabeza sobre el caprichoso Atlántico
Donde derrama granos verdes sobre el azul
Aguas afuera de la hermosa Nauset.
Me acostumbré a rezar para que volvieras.
Ach, du.

En la lengua alemana, en el pueblo polaco,
Raídos, nivelados por la aplanadora
De las guerras, las guerras, las guerras.
Pero el nombre del pueblo no es extraño.
Dice mi amigo el polaco.

Que hay más de una docena
De modo que no puedo acertar dónde
Tú pusiste la planta, tu raíz,
Yo nunca pude hablarte
Se me pegaba la lengua al paladar.

Se trabó en una trampa alambrada de púas
Ich, ich, yo, yo.
Apenas si podía hablar,
Creía que todo alemán eras tú
Y el obsceno lenguaje

Una máquina, era una máquina
Insultándome como a una judía.
Otro judío a Dachau, Auschwitz, Belsen.
Como judía empecé a hablar
Y pienso que muy bien judía puedo ser.

Las nieves del Tirol, la cerveza de Viena
No son tan puras ni tan auténticas.
Con mi linaje gitano y mi extraña suerte
Y mi mazo de Tarot, mis cartas de Tarot
Muy bien puedo ser algo judía.

Siempre te he tenido a ti
Con tu Luftwaffe, con tu glugluglú,
Y tu recortado bigote
Y tu ojo ario, azul celeste.
Hombre-panzer. Oh, tú...

No Dios, sino una esvástica
Tan negra que ningún cielo podría cernirse.
Toda mujer adora a un fascista,
la bota en la cara, el brutal
brutal corazón de una bestia como tú.

De pie estás en la pizarra, papi,
En la fotografía que tengo de ti,
Una hendidura en la barbilla
En vez de en tu pie.
Pero no menos demonio por eso, no,
No menos que el hombre de negro.

Que puso freno a mi lindo y rojo corazón
Tenía diez años cuando te enterraron.
A los veinte intenté morir
Y regresé, regresé a ti
Pensé que hasta mis huesos volverían también.

Pero me sacaron de la talega
Y me reconstruyeron con goma.
Y entonces supe qué hacer.
Hice un modelo de ti.
Un hombre de negro con aire de Meinkampf.

Amante del tormento y la deformación
Yo dije sí, sí quiero.
Así, papito, he terminado al fin.
El teléfono se arrancó de raíz,
Las voces ya no pueden carcomerme más.


He matado a un hombre, he matado a dos
Al vampiro que dijo ser tú
Y bebió de mi sangre todo un año,
Siete años si quieres enterarte,
Papito, puedes descansar en paz ahora.

Hay una estaca en tu negro, burdo corazón,
A los aldeanos nunca les gustaste.
Están bailando y zapateando sobre ti,
siempre supieron que eras tú
Papito, papito: escúchame bastardo, acabada estoy.



HOMBRE DE NEGRO

Reciben el ímpetu
Y se amamantan de la mar gris

A la izquierda y la ola
Abre su puño contra el elevado
Promontorio alambrado de púas

De la prisión de Deer Island
Con sus cuidados criaderos,
Corrales y pastos de ganado

A la derecha, el hielo de marzo
Abrillanta aún los pocitos en las peñas,
Acantilados de arenas penetrantes

Se levantan de un gran banco de piedra
Y tú, contra esas blancas piedras
Caminabas en tu ófrica chaqueta

Negra, negros zapatos, cabello negro
Te detuviste allí,
Detenido vértice

En la punta lejana,
Afianzando piedras, aire,
Todo ello, al unísono.




CANCIÓN DE AMOR DE LA JOVEN LOCA


Cierro los ojos y el mundo muere;

Levanto los párpados y nace todo nuevamente.

(Creo que te inventé en mi mente).

Las estrellas salen valseando en azul y rojo,

Sin sentir galopa la negrura:

Cierro los ojos y el mundo muere.

Soñé que me hechizabas en la cama

Cantabas el sonido de la luna, me besabas locamente.

(Creo que te inventé en mi mente).

Dios cae del cielo, las llamas del infierno se debilitan:

Escapan serafines y soldados de satán:

Cierro los ojos y el mundo muere.

Imaginé que volverías como dijiste,

Pero crecí y olvidé tu nombre.

(Creo que te inventé en mi mente).

Debí haber amado al pájaro de trueno, no a ti;

Al menos cuando la primavera llega ruge nuevamente.

Cierro los ojos y el mundo muere.

(Creo que te inventé en mi mente). "



EL COLOSO

Nunca podré reunirte íntegramente,
juntar, pegar, articular como corresponde
Rebuznos de mula, gruñidos de cerdo, obscenos graznidos
provienen de tus grandes labios.
Peor que en un corral.

Quizá te consideres un oráculo,
portavoz de los muertos o de algún dios
Yo llevo treinta años esforzándome
por limpiar de fango tu garganta
y no he aprendido nada.

Trepando escaleritas con frascos de engrudo y baldes de lisol
me arrastro como una hormiga enlutada
por los campos cubiertos de maleza de tus cejas
para reparar tu inmenso cráneo y desbrozar
los descarnados, blancos túmulos de tus ojos.

Un firmamento azul de otra Orestíada
se cierne sobre nosotros. Oh padre, tú solo
eres una referencia histórica tan importante como el Foro Romano.
Aquí meriando, en una colina de seres siniestros.
las columnas de tus huesos y el acanto de tus cabellos vuelven
a su antigua anarquía esparciéndose hasta el horizonte.

Se necesita más que un rayo
para crear tanta ruina.
Algunas noches me acurruco en la cornucopia
de tu oreja, a salvo del viento,

y cuento estrellas rojas y estrellas color ciruela.
Sale el sol bajo el pilar de tu lengua.
Mis horas se desposan con la sombra.
Ya no escucho más el roce de la quilla
contra las sordas piedras del embarcadero.



Lady Lazarus


Lo logré otra vez,
Me las arreglo —
Una vez cada diez años.
Especie de fantasmal milagro, mi piel
Brillante como una pantalla nazi,
Mi diestro pie
Es un pisapapel,
Mi rostro un fino lienzo
Judío y sin rasgos.
Descascara la envoltura
Oh, mi enemigo,
¿Aterro acaso? —
¿La nariz, las cuencas vacías, los dientes?
El apestoso aliento
Se desvanecerá en un día.
Pronto, muy pronto, la carne
Que la tumba devoró
Se sentirá bien en mí
Y yo una mujer que sonríe.
Tengo sólo treinta años.
Y como gato he de morir nueve veces.
Esta es la Número Tres.
Qué desperdicio
Eso de aniquilarse cada década.
Qué millón de filamentos.
La multitud mascando maní se agolpa
Para verlos.
Cómo me desenvuelven la mano, el pie —
El gran desnudamiento.
Damas y caballeros.
Estas son mis manos
Mis rodillas.
Soy tal vez huesos y pellejo.
Sin embargo, soy la misma, idéntica mujer.
La primera vez que sucedió tenía diez.
Fue un accidente.
La segunda vez pretendí
Superarme y no regresar jamás.
Oscilé callada.
Como una concha marina.
Tenían que llamar y llamar
Recoger mis gusanos como perlas pegajosas/
Morir
Es un arte, como cualquier otra cosa.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Lo hago para sentirme hasta las heces.
Lo ejecuto para sentirlo real.
Podemos decir que poseo el don.
Es bastante fácil hacerlo en una celda.
Muy fácil hacerlo y no perder las formas.
Es el mismo
Retorno teatral a pleno día
Al mismo lugar, mismo rostro, grito brutal
Y divertido:
'Milagro!'
Que me liquida.
Luego una carga a fondo
Para ojear mis cicatrices, y otra
Para escucharme el corazón –
De verdad sigue latiendo.
Y hay otra y otra arremetida grande
Por una palabra, por tocar
O por un poquito de sangre
O por unos cabellos o por mi ropa.
Bien, bien, está bien HerrDoktor.
Bien. Herr Enemigo.
Yo soy vuestra obra maestra,
Su pieza de valor,
La bebe de oro puro
Que se disuelve con un chillido.
Me doy vuelta y ardo.
No creas que no valoro tu gran cuidado.
Ceniza, ceniza —
Ustedes atizan, remueven.
Carne, hueso, nada queda 00
Una barra de jabón,
Una alianza de bodas.
Un empaste de oro.
Herr Dios, Herr Lucifer
Cuidado.
Cuidado.
Desde las cenizas me levanto
Con mi cabello rojo
Y devoro hombres como el aire.