lunes, 30 de noviembre de 2009

la voces de todo el silencio


Leer y escuchar los poemas de Dylan Thomas es un autentico placer, es volar sobre una de las voces mas entrañables del siglo XX. Único en sus potentes imagenes, donde los mitos cotidianos de la infancia, de la aldea originaria, las imagenes sagradas que sin remedio empapan los sueños colectivos, aquellas melodías populares acarreando sin cesar el alma de la naturaleza y sus fuerzas siempre amenazantes o favorables, siempre como reto y sacrificio para el campesino, imagen hoy en ciernes de desaparecer, al menos en este estúpido tinglado que el capitalismo levanta, llenando de soledades y desolaciones nuestra vida cotidiana, ya que al no ser ocupado por otras estructuras que potentes, sostenga la emoción de vivir y morir sin pausa; las baladas de los poetas que le precedieron, W. Blake, Jhon Donne, Shakespeare... esa poesía en lengua inglesa tan autoabastecida como influyente, tan recóndita y sonoramente tradicional como universalista, Dylan Thomas se haré eco de todo ello y de la dimensión profética de los sermones que zarandeaban la inocencia y las ansias de pastorear las palabras, criarlas, domarlas, tallarlas, volarlas, rumiar y masticar su música y su silencio, la voz y la palabra como piel del mundo sera la materia prima de sus poemas.
Poemas que como el dijo, no los entendía ni su madre. No hay nada que entender, escucharlos es pavimentar los días con la carne de los misterios y las certezas que nos habitan, con la brutal bondad de la tierra.

Dice Dylan Thomas, literalmente, hablando de la oscuridad de su poesía: "esta oscuridad esta muy manida pues se basa en un simbolismo establecido que se deriva del significado cósmico de la anatomía humana"
Yo pienso que la poesía de Thomas nos cose con música a los huesos de la vida. Comerla con los oídos de inventar la vida y dejar que nos voltee la miseria y el miedo que tan feraz crecen en el corazón cercado por mezquinas inversiones en necios paraísos.
No hay mas paraíso que nuestra bondad, la máxima expresión de la inteligencia.
Sus poemas avalan lo inútil contra lo rentable, la generosidad de soñar juntos contra la manía estéril de hacer de la vida una pesadilla donde la abundancia es la expresión mas alta de la miseria.
Todos los poemas, la poesía, son producto de la destilación magnifica del dolor y de la muerte, de la ignorancia y del miedo. Es la voz de todo el silencio

la voces de todo el silencio


Leer y escuchar los poemas de Dylan Thomas es un autentico placer, es volar sobre una de las voces mas entrañables del siglo XX. Único en sus potentes imagenes, donde los mitos cotidianos de la infancia, de la aldea originaria, las imagenes sagradas que sin remedio empapan los sueños colectivos, aquellas melodías populares acarreando sin cesar el alma de la naturaleza y sus fuerzas siempre amenazantes o favorables, siempre como reto y sacrificio para el campesino, imagen hoy en ciernes de desaparecer, al menos en este estúpido tinglado que el capitalismo levanta, llenando de soledades y desolaciones nuestra vida cotidiana, ya que al no ser ocupado por otras estructuras que potentes, sostenga la emoción de vivir y morir sin pausa; las baladas de los poetas que le precedieron, W. Blake, Jhon Donne, Shakespeare... esa poesía en lengua inglesa tan autoabastecida como influyente, tan recóndita y sonoramente tradicional como universalista, Dylan Thomas se haré eco de todo ello y de la dimensión profética de los sermones que zarandeaban la inocencia y las ansias de pastorear las palabras, criarlas, domarlas, tallarlas, volarlas, rumiar y masticar su música y su silencio, la voz y la palabra como piel del mundo sera la materia prima de sus poemas.
Poemas que como el dijo, no los entendía ni su madre. No hay nada que entender, escucharlos es pavimentar los días con la carne de los misterios y las certezas que nos habitan, con la brutal bondad de la tierra.

Dice Dylan Thomas, literalmente, hablando de la oscuridad de su poesía: "esta oscuridad esta muy manida pues se basa en un simbolismo establecido que se deriva del significado cósmico de la anatomía humana"
Yo pienso que la poesía de Thomas nos cose con música a los huesos de la vida. Comerla con los oídos de inventar la vida y dejar que nos voltee la miseria y el miedo que tan feraz crecen en el corazón cercado por mezquinas inversiones en necios paraísos.
No hay mas paraíso que nuestra bondad, la máxima expresión de la inteligencia.
Sus poemas avalan lo inútil contra lo rentable, la generosidad de soñar juntos contra la manía estéril de hacer de la vida una pesadilla donde la abundancia es la expresión mas alta de la miseria.
Todos los poemas, la poesía, son producto de la destilación magnifica del dolor y de la muerte, de la ignorancia y del miedo. Es la voz de todo el silencio

la voces de todo el silencio


Leer y escuchar los poemas de Dylan Thomas es un autentico placer, es volar sobre una de las voces mas entrañables del siglo XX. Único en sus potentes imagenes, donde los mitos cotidianos de la infancia, de la aldea originaria, las imagenes sagradas que sin remedio empapan los sueños colectivos, aquellas melodías populares acarreando sin cesar el alma de la naturaleza y sus fuerzas siempre amenazantes o favorables, siempre como reto y sacrificio para el campesino, imagen hoy en ciernes de desaparecer, al menos en este estúpido tinglado que el capitalismo levanta, llenando de soledades y desolaciones nuestra vida cotidiana, ya que al no ser ocupado por otras estructuras que potentes, sostenga la emoción de vivir y morir sin pausa; las baladas de los poetas que le precedieron, W. Blake, Jhon Donne, Shakespeare... esa poesía en lengua inglesa tan autoabastecida como influyente, tan recóndita y sonoramente tradicional como universalista, Dylan Thomas se haré eco de todo ello y de la dimensión profética de los sermones que zarandeaban la inocencia y las ansias de pastorear las palabras, criarlas, domarlas, tallarlas, volarlas, rumiar y masticar su música y su silencio, la voz y la palabra como piel del mundo sera la materia prima de sus poemas.
Poemas que como el dijo, no los entendía ni su madre. No hay nada que entender, escucharlos es pavimentar los días con la carne de los misterios y las certezas que nos habitan, con la brutal bondad de la tierra.

Dice Dylan Thomas, literalmente, hablando de la oscuridad de su poesía: "esta oscuridad esta muy manida pues se basa en un simbolismo establecido que se deriva del significado cósmico de la anatomía humana"
Yo pienso que la poesía de Thomas nos cose con música a los huesos de la vida. Comerla con los oídos de inventar la vida y dejar que nos voltee la miseria y el miedo que tan feraz crecen en el corazón cercado por mezquinas inversiones en necios paraísos.
No hay mas paraíso que nuestra bondad, la máxima expresión de la inteligencia.
Sus poemas avalan lo inútil contra lo rentable, la generosidad de soñar juntos contra la manía estéril de hacer de la vida una pesadilla donde la abundancia es la expresión mas alta de la miseria.
Todos los poemas, la poesía, son producto de la destilación magnifica del dolor y de la muerte, de la ignorancia y del miedo. Es la voz de todo el silencio

jueves, 26 de noviembre de 2009

poemas completos de DYLAN THOMAS


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poemas completos de DYLAN THOMAS


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poemas completos de DYLAN THOMAS


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DYLAN THOMAS: manifiesto y semblanza








DYLAN THOMAS: manifiesto y semblanza








DYLAN THOMAS: manifiesto y semblanza








Datos de una vida de poeta


Datos de una vida de poeta


Datos de una vida de poeta


miércoles, 25 de noviembre de 2009

no se puede vivir sin amar


(acrilico de Jo Stemphel)
en el amor no hay propietarios
¡¡¡¡miseria cero!!!!
AMOR, RESPETO Y DIGNIDAD

no se puede vivir sin amar


(acrilico de Jo Stemphel)
en el amor no hay propietarios
¡¡¡¡miseria cero!!!!
AMOR, RESPETO Y DIGNIDAD

no se puede vivir sin amar


(acrilico de Jo Stemphel)
en el amor no hay propietarios
¡¡¡¡miseria cero!!!!
AMOR, RESPETO Y DIGNIDAD

sábado, 21 de noviembre de 2009

Dylan Thomas "Death Shall Have No dominion" Poem Animation

And Death Shall Have No Dominion

And death shall have no dominion.
Dead mean naked they shall be one
With the man in the wind and the west moon;
When their bones are picked clean and the clean bones gone,
They shall have stars at elbow and foot;
Though they go mad they shall be sane,
Though they sink through the sea they shall rise again;
Though lovers be lost love shall not;
And death shall have no dominion.

And death shall have no dominion.
Under the windings of the sea
They lying long shall not die windily;
Twisting on racks when sinews give way,
Strapped to a wheel, yet they shall not break;
Faith in their hands shall snap in two,
And the unicorn evils run them through;
Split all ends up they shan't crack;
And death shall have no dominion.

And death shall have no dominion.
No more may gulls cry at their ears
Or waves break loud on the seashores;
Where blew a flower may a flower no more
Lift its head to the blows of the rain;
Though they be mad and dead as nails,
Heads of the characters hammer through daisies;
Break in the sun till the sun breaks down,
And death shall have no dominion.


Y la muerte no tendrá señorío.
Desnudos los muertos se habrán confundido
con el hombre del viento y la luna poniente;
cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios,
tendrán estrellas a sus codos y a sus pies;
aunque se vuelvan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo,
aunque los amantes se pierdan quedará el amor;
y la muerte no tendrá señorío.

Y la muerte no tendrá señorío.
Bajo las ondulaciones del mar
los que yacen tendidos no moriran aterrados;
retorciéndose en el potro cuando los nervios ceden,
amarrados a una rueda, aún no se romperán;
la fe en sus manos se partirá en dos,
y los penetrarán los daños unicornes;
rotos todos los cabos ya no crujirán más;
y la muerte no tendrá señorío.

Y la muerte no tendrá señorío.
Aunque las gaviotas no griten más en su oído
ni las olas estallen ruidosas en las costas;
aunque no broten flores donde antes brotaron ni levanten
ya más la cabeza al golpe de la lluvia;
aunque estén locos y muertos como clavos,
las cabezas de los cadaveres martillearan margaritas;
estallarán al sol hasta que el sol estalle,
y la muerte no tendrá señorío.

Dylan Thomas "Death Shall Have No dominion" Poem Animation

And Death Shall Have No Dominion

And death shall have no dominion.
Dead mean naked they shall be one
With the man in the wind and the west moon;
When their bones are picked clean and the clean bones gone,
They shall have stars at elbow and foot;
Though they go mad they shall be sane,
Though they sink through the sea they shall rise again;
Though lovers be lost love shall not;
And death shall have no dominion.

And death shall have no dominion.
Under the windings of the sea
They lying long shall not die windily;
Twisting on racks when sinews give way,
Strapped to a wheel, yet they shall not break;
Faith in their hands shall snap in two,
And the unicorn evils run them through;
Split all ends up they shan't crack;
And death shall have no dominion.

And death shall have no dominion.
No more may gulls cry at their ears
Or waves break loud on the seashores;
Where blew a flower may a flower no more
Lift its head to the blows of the rain;
Though they be mad and dead as nails,
Heads of the characters hammer through daisies;
Break in the sun till the sun breaks down,
And death shall have no dominion.


Y la muerte no tendrá señorío.
Desnudos los muertos se habrán confundido
con el hombre del viento y la luna poniente;
cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios,
tendrán estrellas a sus codos y a sus pies;
aunque se vuelvan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo,
aunque los amantes se pierdan quedará el amor;
y la muerte no tendrá señorío.

Y la muerte no tendrá señorío.
Bajo las ondulaciones del mar
los que yacen tendidos no moriran aterrados;
retorciéndose en el potro cuando los nervios ceden,
amarrados a una rueda, aún no se romperán;
la fe en sus manos se partirá en dos,
y los penetrarán los daños unicornes;
rotos todos los cabos ya no crujirán más;
y la muerte no tendrá señorío.

Y la muerte no tendrá señorío.
Aunque las gaviotas no griten más en su oído
ni las olas estallen ruidosas en las costas;
aunque no broten flores donde antes brotaron ni levanten
ya más la cabeza al golpe de la lluvia;
aunque estén locos y muertos como clavos,
las cabezas de los cadaveres martillearan margaritas;
estallarán al sol hasta que el sol estalle,
y la muerte no tendrá señorío.

Dylan Thomas "Death Shall Have No dominion" Poem Animation

And Death Shall Have No Dominion

And death shall have no dominion.
Dead mean naked they shall be one
With the man in the wind and the west moon;
When their bones are picked clean and the clean bones gone,
They shall have stars at elbow and foot;
Though they go mad they shall be sane,
Though they sink through the sea they shall rise again;
Though lovers be lost love shall not;
And death shall have no dominion.

And death shall have no dominion.
Under the windings of the sea
They lying long shall not die windily;
Twisting on racks when sinews give way,
Strapped to a wheel, yet they shall not break;
Faith in their hands shall snap in two,
And the unicorn evils run them through;
Split all ends up they shan't crack;
And death shall have no dominion.

And death shall have no dominion.
No more may gulls cry at their ears
Or waves break loud on the seashores;
Where blew a flower may a flower no more
Lift its head to the blows of the rain;
Though they be mad and dead as nails,
Heads of the characters hammer through daisies;
Break in the sun till the sun breaks down,
And death shall have no dominion.


Y la muerte no tendrá señorío.
Desnudos los muertos se habrán confundido
con el hombre del viento y la luna poniente;
cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios,
tendrán estrellas a sus codos y a sus pies;
aunque se vuelvan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo,
aunque los amantes se pierdan quedará el amor;
y la muerte no tendrá señorío.

Y la muerte no tendrá señorío.
Bajo las ondulaciones del mar
los que yacen tendidos no moriran aterrados;
retorciéndose en el potro cuando los nervios ceden,
amarrados a una rueda, aún no se romperán;
la fe en sus manos se partirá en dos,
y los penetrarán los daños unicornes;
rotos todos los cabos ya no crujirán más;
y la muerte no tendrá señorío.

Y la muerte no tendrá señorío.
Aunque las gaviotas no griten más en su oído
ni las olas estallen ruidosas en las costas;
aunque no broten flores donde antes brotaron ni levanten
ya más la cabeza al golpe de la lluvia;
aunque estén locos y muertos como clavos,
las cabezas de los cadaveres martillearan margaritas;
estallarán al sol hasta que el sol estalle,
y la muerte no tendrá señorío.

LA COLINA DE LOS HELECHOS (FERN HILL)


Now as I was young and easy under the apple boughs
About the lilting house and happy as the grass was green,
The night above the dingle starry,
Time let me hail and climb
Golden in the heydays of his eyes,
And honoured among wagons I was prince of the apple towns
And once below a time I lordly had the trees and leaves
Trail with daisies and barley
Down the rivers of the windfall light.

And as I was green and carefree, famous among the barns
About the happy yard and singing as the farm was home,
In the sun that is young once only,
Time let me play and be
Golden in the mercy of his means,
And green and golden I was huntsman and herdsman, the calves
Sang to my horn, the foxes on the hills barked clear and cold,
And the sabbath rang slowly
In the pebbles of the holy streams.

All the sun long it was running, it was lovely, the hay
Fields high as the house, the tunes from the chimneys, it was air
And playing, lovely and watery
And fire green as grass.
And nightly under the simple stars
As I rode to sleep the owls were bearing the farm away,
All the moon long I heard, blessed among stables, the nightjars
Flying with the ricks, and the horses
Flashing into the dark.

And then to awake, and the farm, like a wanderer white
With the dew, come back, the cock on his shoulder: it was all
Shining, it was Adam and maiden,
The sky gathered again
And the sun grew round that very day.
So it must have been after the birth of the simple light
In the first, spinning place, the spellbound horses walking warm
Out of the whinnying green stable
On to the fields of praise.

And honoured among foxes and pheasants by the gay house
Under the new made clouds and happy as the heart was long,
In the sun born over and over,
I ran my heedless ways,
My wishes raced through the house high hay
And nothing I cared, at my sky blue trades, that time allows
In all his tuneful turning so few and such morning songs
Before the children green and golden
Follow him out of grace.

Nothing I cared, in the lamb white days, that time would take me
Up to the swallow thronged loft by the shadow of my hand,
In the moon that is always rising,
Nor that riding to sleep
I should hear him fly with the high fields
And wake to the farm forever fled from the childless land.
Oh as I was young and easy in the mercy of his means,
Time held me green and dying
Though I sang in my chains like the sea.
FERN HILL

Cuando era joven y libre bajo las ramas del manzano
en torno de la casa cantarina, y feliz como verde era el pasto,
la noche sobre la cañada, llena estaba de estrellas,
el tiempo me dejaba dar voces y trepar
dorado hasta el apogeo de sus ojos,
y venerado entre carros, era yo el príncipe de las ciudades de manzanas
y alguna vez con todo señorío, hice que hojas y árboles
se arrastraran con margaritas y cebada
hacia abajo en los ríos alumbrados por las frutas caídas.

Y como era tierno y despreocupado, famoso en los graneros
en torno del patio alegre y cantaba porque la granja era mi hogar,
al sol que es joven apenas una vez,
el tiempo me dejaba jugar
y ser dorado en la gracia de sus poderes,
y tierno y dorado era yo cazador y pastor, los becerros
cantaban a la voz de mi cuerno, en las lomas los zorros ladraban con clara y fría voz
y el domingo sonaba despacio
en los guijarros de los sagrados arroyos.

Todo el trayecto del sol era un deleite, una carrera,
los campos de heno altos como la casa, las tonadas de las chimeneas, era el aire
y un juego lleno de belleza y agua
y el fuego verde como pasto.
Y de noche, bajo estrellas ingenuas
mientras cabalgaba hacia el sueño las lechuzas se robaban la granja
todo el trayecto de la luna, entre establos bendito, oía a las aves nocturnas
volar entre las parvas y veía caballos
como relámpagos en la oscuridad.

Y luego despertar, la granja regresaba como un vagabundo
blanco de rocío, con el gallo en su hombro, era todo
brillante, era Adán y su virgen
y el cielo de nuevo se formaba
y el sol creció redondo aquel preciso día.
Así debió haber sido luego de nacer la pura luz
en el primer lugar donde se hiló, caballos hechizados y fogosos
saldrían del verde establo lleno de relinchos
hacia los campos de alabanza.

Y venerado entre zorros y faisanes junto a la casa alegre
bajo las nubes recién hechas y feliz como era interminable el corazón,
en el sol tantas veces nacido
yo corría por mis caminos alocados
mis deseos se desbocaban a través del heno alto como la casa
y nada me importaba, en mi celeste tráfico, pues el tiempo
en su giro melodioso, concede tan pocos cantos así de mañaneros
antes que los muchachos tiernos y dorados
lo sigan hasta perder la gracia.

En esos días blancos como corderos no me importaba que el tiempo me llevara
hasta el desván lleno de golondrinas, tomándome por la sombra de mi mano
en la luna que siempre se levanta,
ni que cabalgando hacia el sueño
llegara a oír su fuga entre los altos campos
y despertara ante la granja borrada para siempre de ese país sin niños.
Oh, mientras fui joven y libre en la gracia de sus poderes
el tiempo me sostenía tierno y moribundo
aunque cantara en mis cadenas, como el mar.


Traducción: Elizabeth Azcona Cranwell 

LA COLINA DE LOS HELECHOS (FERN HILL)


Now as I was young and easy under the apple boughs
About the lilting house and happy as the grass was green,
The night above the dingle starry,
Time let me hail and climb
Golden in the heydays of his eyes,
And honoured among wagons I was prince of the apple towns
And once below a time I lordly had the trees and leaves
Trail with daisies and barley
Down the rivers of the windfall light.

And as I was green and carefree, famous among the barns
About the happy yard and singing as the farm was home,
In the sun that is young once only,
Time let me play and be
Golden in the mercy of his means,
And green and golden I was huntsman and herdsman, the calves
Sang to my horn, the foxes on the hills barked clear and cold,
And the sabbath rang slowly
In the pebbles of the holy streams.

All the sun long it was running, it was lovely, the hay
Fields high as the house, the tunes from the chimneys, it was air
And playing, lovely and watery
And fire green as grass.
And nightly under the simple stars
As I rode to sleep the owls were bearing the farm away,
All the moon long I heard, blessed among stables, the nightjars
Flying with the ricks, and the horses
Flashing into the dark.

And then to awake, and the farm, like a wanderer white
With the dew, come back, the cock on his shoulder: it was all
Shining, it was Adam and maiden,
The sky gathered again
And the sun grew round that very day.
So it must have been after the birth of the simple light
In the first, spinning place, the spellbound horses walking warm
Out of the whinnying green stable
On to the fields of praise.

And honoured among foxes and pheasants by the gay house
Under the new made clouds and happy as the heart was long,
In the sun born over and over,
I ran my heedless ways,
My wishes raced through the house high hay
And nothing I cared, at my sky blue trades, that time allows
In all his tuneful turning so few and such morning songs
Before the children green and golden
Follow him out of grace.

Nothing I cared, in the lamb white days, that time would take me
Up to the swallow thronged loft by the shadow of my hand,
In the moon that is always rising,
Nor that riding to sleep
I should hear him fly with the high fields
And wake to the farm forever fled from the childless land.
Oh as I was young and easy in the mercy of his means,
Time held me green and dying
Though I sang in my chains like the sea.
FERN HILL

Cuando era joven y libre bajo las ramas del manzano
en torno de la casa cantarina, y feliz como verde era el pasto,
la noche sobre la cañada, llena estaba de estrellas,
el tiempo me dejaba dar voces y trepar
dorado hasta el apogeo de sus ojos,
y venerado entre carros, era yo el príncipe de las ciudades de manzanas
y alguna vez con todo señorío, hice que hojas y árboles
se arrastraran con margaritas y cebada
hacia abajo en los ríos alumbrados por las frutas caídas.

Y como era tierno y despreocupado, famoso en los graneros
en torno del patio alegre y cantaba porque la granja era mi hogar,
al sol que es joven apenas una vez,
el tiempo me dejaba jugar
y ser dorado en la gracia de sus poderes,
y tierno y dorado era yo cazador y pastor, los becerros
cantaban a la voz de mi cuerno, en las lomas los zorros ladraban con clara y fría voz
y el domingo sonaba despacio
en los guijarros de los sagrados arroyos.

Todo el trayecto del sol era un deleite, una carrera,
los campos de heno altos como la casa, las tonadas de las chimeneas, era el aire
y un juego lleno de belleza y agua
y el fuego verde como pasto.
Y de noche, bajo estrellas ingenuas
mientras cabalgaba hacia el sueño las lechuzas se robaban la granja
todo el trayecto de la luna, entre establos bendito, oía a las aves nocturnas
volar entre las parvas y veía caballos
como relámpagos en la oscuridad.

Y luego despertar, la granja regresaba como un vagabundo
blanco de rocío, con el gallo en su hombro, era todo
brillante, era Adán y su virgen
y el cielo de nuevo se formaba
y el sol creció redondo aquel preciso día.
Así debió haber sido luego de nacer la pura luz
en el primer lugar donde se hiló, caballos hechizados y fogosos
saldrían del verde establo lleno de relinchos
hacia los campos de alabanza.

Y venerado entre zorros y faisanes junto a la casa alegre
bajo las nubes recién hechas y feliz como era interminable el corazón,
en el sol tantas veces nacido
yo corría por mis caminos alocados
mis deseos se desbocaban a través del heno alto como la casa
y nada me importaba, en mi celeste tráfico, pues el tiempo
en su giro melodioso, concede tan pocos cantos así de mañaneros
antes que los muchachos tiernos y dorados
lo sigan hasta perder la gracia.

En esos días blancos como corderos no me importaba que el tiempo me llevara
hasta el desván lleno de golondrinas, tomándome por la sombra de mi mano
en la luna que siempre se levanta,
ni que cabalgando hacia el sueño
llegara a oír su fuga entre los altos campos
y despertara ante la granja borrada para siempre de ese país sin niños.
Oh, mientras fui joven y libre en la gracia de sus poderes
el tiempo me sostenía tierno y moribundo
aunque cantara en mis cadenas, como el mar.


Traducción: Elizabeth Azcona Cranwell 

LA COLINA DE LOS HELECHOS (FERN HILL)


Now as I was young and easy under the apple boughs
About the lilting house and happy as the grass was green,
The night above the dingle starry,
Time let me hail and climb
Golden in the heydays of his eyes,
And honoured among wagons I was prince of the apple towns
And once below a time I lordly had the trees and leaves
Trail with daisies and barley
Down the rivers of the windfall light.

And as I was green and carefree, famous among the barns
About the happy yard and singing as the farm was home,
In the sun that is young once only,
Time let me play and be
Golden in the mercy of his means,
And green and golden I was huntsman and herdsman, the calves
Sang to my horn, the foxes on the hills barked clear and cold,
And the sabbath rang slowly
In the pebbles of the holy streams.

All the sun long it was running, it was lovely, the hay
Fields high as the house, the tunes from the chimneys, it was air
And playing, lovely and watery
And fire green as grass.
And nightly under the simple stars
As I rode to sleep the owls were bearing the farm away,
All the moon long I heard, blessed among stables, the nightjars
Flying with the ricks, and the horses
Flashing into the dark.

And then to awake, and the farm, like a wanderer white
With the dew, come back, the cock on his shoulder: it was all
Shining, it was Adam and maiden,
The sky gathered again
And the sun grew round that very day.
So it must have been after the birth of the simple light
In the first, spinning place, the spellbound horses walking warm
Out of the whinnying green stable
On to the fields of praise.

And honoured among foxes and pheasants by the gay house
Under the new made clouds and happy as the heart was long,
In the sun born over and over,
I ran my heedless ways,
My wishes raced through the house high hay
And nothing I cared, at my sky blue trades, that time allows
In all his tuneful turning so few and such morning songs
Before the children green and golden
Follow him out of grace.

Nothing I cared, in the lamb white days, that time would take me
Up to the swallow thronged loft by the shadow of my hand,
In the moon that is always rising,
Nor that riding to sleep
I should hear him fly with the high fields
And wake to the farm forever fled from the childless land.
Oh as I was young and easy in the mercy of his means,
Time held me green and dying
Though I sang in my chains like the sea.
FERN HILL

Cuando era joven y libre bajo las ramas del manzano
en torno de la casa cantarina, y feliz como verde era el pasto,
la noche sobre la cañada, llena estaba de estrellas,
el tiempo me dejaba dar voces y trepar
dorado hasta el apogeo de sus ojos,
y venerado entre carros, era yo el príncipe de las ciudades de manzanas
y alguna vez con todo señorío, hice que hojas y árboles
se arrastraran con margaritas y cebada
hacia abajo en los ríos alumbrados por las frutas caídas.

Y como era tierno y despreocupado, famoso en los graneros
en torno del patio alegre y cantaba porque la granja era mi hogar,
al sol que es joven apenas una vez,
el tiempo me dejaba jugar
y ser dorado en la gracia de sus poderes,
y tierno y dorado era yo cazador y pastor, los becerros
cantaban a la voz de mi cuerno, en las lomas los zorros ladraban con clara y fría voz
y el domingo sonaba despacio
en los guijarros de los sagrados arroyos.

Todo el trayecto del sol era un deleite, una carrera,
los campos de heno altos como la casa, las tonadas de las chimeneas, era el aire
y un juego lleno de belleza y agua
y el fuego verde como pasto.
Y de noche, bajo estrellas ingenuas
mientras cabalgaba hacia el sueño las lechuzas se robaban la granja
todo el trayecto de la luna, entre establos bendito, oía a las aves nocturnas
volar entre las parvas y veía caballos
como relámpagos en la oscuridad.

Y luego despertar, la granja regresaba como un vagabundo
blanco de rocío, con el gallo en su hombro, era todo
brillante, era Adán y su virgen
y el cielo de nuevo se formaba
y el sol creció redondo aquel preciso día.
Así debió haber sido luego de nacer la pura luz
en el primer lugar donde se hiló, caballos hechizados y fogosos
saldrían del verde establo lleno de relinchos
hacia los campos de alabanza.

Y venerado entre zorros y faisanes junto a la casa alegre
bajo las nubes recién hechas y feliz como era interminable el corazón,
en el sol tantas veces nacido
yo corría por mis caminos alocados
mis deseos se desbocaban a través del heno alto como la casa
y nada me importaba, en mi celeste tráfico, pues el tiempo
en su giro melodioso, concede tan pocos cantos así de mañaneros
antes que los muchachos tiernos y dorados
lo sigan hasta perder la gracia.

En esos días blancos como corderos no me importaba que el tiempo me llevara
hasta el desván lleno de golondrinas, tomándome por la sombra de mi mano
en la luna que siempre se levanta,
ni que cabalgando hacia el sueño
llegara a oír su fuga entre los altos campos
y despertara ante la granja borrada para siempre de ese país sin niños.
Oh, mientras fui joven y libre en la gracia de sus poderes
el tiempo me sostenía tierno y moribundo
aunque cantara en mis cadenas, como el mar.


Traducción: Elizabeth Azcona Cranwell 

viernes, 20 de noviembre de 2009

DYLAN THOMAS: revolviendo entre sus versos



Siempre me interesó la correspondencia de los poetas como punto de partida para analizar su pensamiento. En una de sus cartas a los 19 años Dylan dice: "no catalogar mi cerebro en compartimentos separados, es decir no diferenciar lo que en mí escribe poesía de lo que dice llega la una, es hora de comer" (1). Dylan Thomas expresa claramente que nunca miró la realidad fragmentada, había una unidad: hombre-planeta-cosmos. A él no le costaba "poetizar" si en este término un tanto confuso mezclamos: imaginación, ingenio, capacidad fabuladora y metafórica, sentido rítmico y pictórico. Sin embargo el ambiente social europeo se llenaba de pesimismo; la crisis económica golpeaba Inglaterra, los vientos de guerra estaban a la vuelta de la esquina. Corría el año 1934 y el destino de Occidente era cada día más incierto.


A los veinte años, después de la publicación de 18 Poemas en una carta dice: "Han pasado los días fértiles y ahora cada poema es el más duro y desgraciado acto de creación (...) Cada día me pongo más oscuro. Me da dolor físico escribir un poema. Siento que todos los músculos se me contraen cuando trato de arrancar las palabras arremolinadas alrededor de mis eternas ideas sobre la importancia de la muerte en la vida." (2)



Para Thomas, la poesía del misterio humano era la única posible, buscaba expresar el tumulto multifacético de la vida, el tránsito humano por la luz entre dos oscuridades latentes: la anterior al nacimiento y la que se posterga más allá de la muerte.

Sus grandes ídolos literarios fueron los poetas herméticos ingleses e irlandeses: William Blake, William Butler Yeats, James Joyce, el libro de la Biblia y parte de los conocimientos de Freud. El uso constante de ciertos símbolos en su poesía lo confirman: animales, pájaros, árboles, los cuatro elementos, el movimiento de las cosas vivas, las cuatro estaciones. Mezclados con imágenes bíblicas, ecos de la cábala y la alquimia, haciendo analogías con el psicoanálisis: el útero como comienzo de la vida, el erotismo como fuente primigenia. Versos como: "La voz del arpa del polvo del agua se aferra al repliegue de los campos" o "aquellas que un invierno de carne de gallina amaron el cielo convertido en hojas" (3) no podían menos que concederle una fama de poeta oscuro.

Cuando se murió hubo necrológicas como: "espíritu inmortal que creó un lenguaje y se burló de la grandilocuencia". Es una suerte poder decir ahora que sólo fue un poeta que amó desesperadamente a los hombres y a las palabras, y que se mató cuando ya no fue capaz de emitir las imágenes que fueran la representación más fiel de si mismo.


Dylan Thomas en 1953. (Foto de Rollie McKenna)



___________

Notas:

(1) "Cartas". Selección y prólogo de Constantín Fitzgibbons. Pag. 35. (Ediciones de la Flor, Buenos Aires).
(2) "Cartas".
(3) "Poemas 1934-1952", Colección Visor de Poesía. (Madrid, 2000)




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DYLAN THOMAS: revolviendo entre sus versos



Siempre me interesó la correspondencia de los poetas como punto de partida para analizar su pensamiento. En una de sus cartas a los 19 años Dylan dice: "no catalogar mi cerebro en compartimentos separados, es decir no diferenciar lo que en mí escribe poesía de lo que dice llega la una, es hora de comer" (1). Dylan Thomas expresa claramente que nunca miró la realidad fragmentada, había una unidad: hombre-planeta-cosmos. A él no le costaba "poetizar" si en este término un tanto confuso mezclamos: imaginación, ingenio, capacidad fabuladora y metafórica, sentido rítmico y pictórico. Sin embargo el ambiente social europeo se llenaba de pesimismo; la crisis económica golpeaba Inglaterra, los vientos de guerra estaban a la vuelta de la esquina. Corría el año 1934 y el destino de Occidente era cada día más incierto.


A los veinte años, después de la publicación de 18 Poemas en una carta dice: "Han pasado los días fértiles y ahora cada poema es el más duro y desgraciado acto de creación (...) Cada día me pongo más oscuro. Me da dolor físico escribir un poema. Siento que todos los músculos se me contraen cuando trato de arrancar las palabras arremolinadas alrededor de mis eternas ideas sobre la importancia de la muerte en la vida." (2)



Para Thomas, la poesía del misterio humano era la única posible, buscaba expresar el tumulto multifacético de la vida, el tránsito humano por la luz entre dos oscuridades latentes: la anterior al nacimiento y la que se posterga más allá de la muerte.

Sus grandes ídolos literarios fueron los poetas herméticos ingleses e irlandeses: William Blake, William Butler Yeats, James Joyce, el libro de la Biblia y parte de los conocimientos de Freud. El uso constante de ciertos símbolos en su poesía lo confirman: animales, pájaros, árboles, los cuatro elementos, el movimiento de las cosas vivas, las cuatro estaciones. Mezclados con imágenes bíblicas, ecos de la cábala y la alquimia, haciendo analogías con el psicoanálisis: el útero como comienzo de la vida, el erotismo como fuente primigenia. Versos como: "La voz del arpa del polvo del agua se aferra al repliegue de los campos" o "aquellas que un invierno de carne de gallina amaron el cielo convertido en hojas" (3) no podían menos que concederle una fama de poeta oscuro.

Cuando se murió hubo necrológicas como: "espíritu inmortal que creó un lenguaje y se burló de la grandilocuencia". Es una suerte poder decir ahora que sólo fue un poeta que amó desesperadamente a los hombres y a las palabras, y que se mató cuando ya no fue capaz de emitir las imágenes que fueran la representación más fiel de si mismo.


Dylan Thomas en 1953. (Foto de Rollie McKenna)



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Notas:

(1) "Cartas". Selección y prólogo de Constantín Fitzgibbons. Pag. 35. (Ediciones de la Flor, Buenos Aires).
(2) "Cartas".
(3) "Poemas 1934-1952", Colección Visor de Poesía. (Madrid, 2000)




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