miércoles, 7 de noviembre de 2012

TOMAS SEGOVIA, ESTE LUNES 12 DE NOV. DE 2012

TOMAS SEGOVIA UNA VEZ MAS ENTRE NOSOTROS. NOS VISITO Y TUVIMOS LA SUERTE DE ESCUCHARLE, DE COMPARTIR CON ÉL Y CON SU COMPAÑERA LUISA, LAS REFLEXIONES Y LOS POEMAS.
ESTE LUNES 12 de Noviembre leeremos sus poemas, un recuerdo y una celebración.
SIEMPRE ESTARA CON NOSOTROS

OTOÑAL

Un frío vivo y lúcido
Abre sus altos ojos
Y despeja con eso todos nuestros caminos

El acucioso sol de otoño
Pone sobre la piel del rio
Una diamantería aguada y trémula

Y el tiempo como quien acaba
De poner término a un viaje
Se prepara a sentar cabeza
Y sin prisa y con todo recogido
A estarse quieto en casa.

                               (de RASTREOS)

y aqui unas palabras sacadas de un texto de GARCIA MONTERO sobre el poeta que nos ocupa.

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Finalmente, quiero aclarar que se trata de una inteligencia muy poco fría. No asistimos al hielo de la conciencia, porque el pensamiento de Tomás Segovia es extremadamente sensual. Habíamos leído antes: «un lenguaje corporal, movible y sin sentencias». Pues bien, realmente se trata de un lenguaje corporal. En la poesía de Segovia el amor se convierte en proceso intelectual, pero a costa de que la inteligencia se haga carnal, un medio de vivir y meditar la sensualidad. En Historias y poemas, por ejemplo, hay un magnífico conjunto de poemas amorosos: «La semana sin ti». En Lapso, son importantes los poemas radicales de amor: «No pierdo nunca mi noción de amor».
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"Esta inteligencia es una aliada, una cómplice de la sensualidad. Hace que el nómada no se refugie definitivamente en la nostalgia, no renuncie el mundo, viva también instalado en el presente. Como en el poema «Confesión» de Anagnórisis: «El día es tan bello que no puede mentir, comemos de su luz nuestro pan de verdad». Por esta sensualidad de la inteligencia de Tomás Segovia se puede pasar de la luz provisional a la luz de aquí, del desarraigo y la nostalgia al presente, de la sequedad del pensamiento a la poesía. Luz de aquí es el título de un libro de 1958, pero también el lema que sirvió para titular la antología publicada en Ocnos, en 1982, que difundió en mi generación la poesía de Tomás Segovia. Y es que esta realidad de la luz condensa las dos fuerzas que tensionan su poesía: inteligencia y sensualidad. Es esto lo que yo, como lector y poeta, he aprendido en los libros de Tomás Segovia. Un poeta nómada, desarraigado, que frente al malditismo opta por el camino de la inteligencia, pero de una forma sensual, con un gesto lírico que lo ata al presente. Esta dialéctica del vértigo y de la realidad, del lenguaje movible, pero corporal, caracteriza la poesía de Tomás Segovia y la convierte en un referente fundamental en la poesía española contemporánea."